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Oftalmopediatría

¿Qué es la oftalmopediatría?

Es la rama de la oftalmología que se especializa en tratar la visión de los niños.

La revisión oftalmológica es muy importante durante la infancia ya que, la estructura ocular aún se encuentra en proceso de desarrollo. Mientras el niño crece, aumenta su agudeza visual. A los 3 años se considera que un niño tiene 50% de agudeza visual y por lo general, alcanza el 100% entre los 5 y 6 años de edad.

La primera revisión en recién nacido se realiza dentro de los primeros 3 meses de vida. Lo ideal es que el niño acuda al oftalmopediatra a partir de los 3 o 4 años de edad una vez al año hasta los 14 años.

Síntomas

Algunos síntomas inequívocos de que hay que acudir a un oftalmólogo pediátrico son:

  • El parto ha sido prematuro.
  • Alguno de los padres tiene glaucoma o errores refractivos.
  • La pupila es de color blanquecina.
  • Presenta lagrimeo constante.
  • Alguno de los dos ojos, o ambos, presenta desviación o párpado caído.

Enfermedades oculares infantiles

Ojo Vago

El ojo vago, también conocido como ambliopía, ocurre cuando el niño presenta disminución de agudeza visual. Esto es causado usualmente por estrabismo o porque existe una diferencia importante entre la graduación de ambos ojos. Se previene con detección temprana de la patología y lentes a temprana edad.

Estrabismo

El estrabismo infantil ocurre cuando uno o ambos ojos del niño están desviados en alguna posición. Esta afección ocasiona que los ejes oculares no sean paralelos y altera la visión binocular, la capacidad de ver en relieve, calcular distancias y ver en 3D.

Entre los factores oftalmológicos, los más frecuentes son:

  • Un mal control del alineamiento ocular por parte del cerebro
  • La asociación con un defecto refractivo, el más común es la hipermetropía
  • Existen otras causas menos frecuentes pero más graves que el oftalmólogo deberá descartar.

El estrabismo no se puede prevenir pero se puede detectar de forma precoz. Los padres del niño suelen ser los primeros en darse cuenta de la desviación ocular. Es importante saber que cualquier tipo de endotropia (desviación de los ojos hacia dentro) a partir de los 2 años de edad no es normal y que el hijo de padres estrábicos tiene más posibilidades de ser a su vez estrábico. Para poder corregir adecuadamente el estrabismo infantil, es muy importante detectarlo antes de los 7 años.

Tratamiento

Si es un defecto refractivo, hay que tratarlo mediante corrección óptica (lentes aéreos). Generalmente, la corrección óptica cura por sí sola el estrabismo. Si se desarrolla una ambliopía, se tendrá que recuperar la visión de ese ojo, lo que normalmente se consigue tapando el ojo sano con un parche. Si una vez corregidos los defectos ópticos y la ambliopía la desviación ocular persiste, es necesaria la operación quirúrgica.

En la cirugía de estrabismo se operan los músculos oculomotores, que son los encargados de mover el globo ocular. La intervención consiste en reforzar o debilitar los músculos responsables de que el ojo se desvíe, se realiza bajo anestesia general y de forma ambulatoria, por lo que una vez finalizada la operación, el paciente puede regresar a su casa.

Miopía, hipermetropía y astigmatismo

Los defectos refractivos son condiciones que causan visión borrosa o desenfocada y limitan la visión correcta de las imágenes lejanas o cercanas.

Los defectos más comunes en la niñez son miopía, astigmatismo e hipermetropía..

Hasta un 75% de los recién nacidos son hipermétropes (ojos más cortos, de manera que las imágenes se forman detrás de la retina). A medida que van creciendo, los niños en general tienden hacia la emetropia (la normalidad, que es cuando las imágenes se enfocan en la retina).Los hijos de padres miopes tenderán hacia la miopía (ojos más largos, de manera que las imágenes se forman por delante de la retina) puesto que la miopía tiene un componente hereditario.

Los defectos refractivos pueden afectar el rendimiento escolar en la infancia. El tratamiento es la detección temprana del problema y la corrección temprana con lentes, pero en algunos casos también es necesaria la utilización de parches, sobre todo en aquellos niños cuyos ojos presentan defectos de refracción (corrección óptica) muy dispares de un ojo al otro (anisometropía).

Inflamaciones oculares

Las inflamaciones oculares durante la niñez son muy frecuentes.
Existen distintos tipos:

  • La conjuntivitis virósica, bacteriana o alérgica.
  • La inflamación del párpado o blefaritis, por alteraciones en la córnea o la conjuntiva.
  • La inflamación de la córnea o queratitis, causada por la sequedad ocular.

El tratamiento normalmente es médico a través de colirios de antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos y medidas higiénicas.

Orzuelo en niños

Es más frecuente de lo que pensamos, así que no hay que alarmarse cuando ese bulto doloroso aparece en alguno de los párpados. El orzuelo en un niño puede tratarse en forma de orzuelo interno o externo.

Tratamiento: suele desaparecer por sí solo una vez que han transcurrido 7 días de su aparición. A veces se indica un ungüento oftálmico de antibióticos. Si despúes de varios días de éste último tratamiento persiste se pensará en un tratamiento quirúrgico.

Lagrimeo en el niño

Las obstrucciones del sistema lagrimal son comunes en la práctica diaria. Se debe en la mayoría de los niños a la falta de perforación de una válvula (de Hasner) situada en la porción final del conducto lagrimal, de manera que la lágrima no drena bien desde el ojo a la nariz.

De esa manera los niños con obstrucción lagrimal presentan lagrimeo y conjuntivitis de repetición, ya que la lágrima al acumularse es un perfecto caldo de cultivo bacteriano.

La mayoría de estas obstrucciones se resuelven durante el primer año de vida. Si persisten pueden ser tratadas mediante sondaje (introducción de una sonda para perforar la válvula anómala), intubación con silástico (sondaje e introducción de un tubo de silicona para mantener la vía permeable) o dacriocistorrinostomía (técnica quirúrgica que crea otra vía de comunicación entre el ojo y las fosas nasales)

Dacriocistitis

La dacriocistitis ocurre cuando el canal que lleva la lágrima desde el ojo hasta la nariz no está completamente desarrollado en el momento de nacer el niño.

Por consecuencia de este defecto, se produce una obstrucción lagrimal que causa lagrimeo excesivo, con secreción de pus y lagañas constantes. El tratamiento en estos casos es si o si quirúrgico, se realiza una dacriocistorrinostomia externa o endoscópica (realizar una comunicación entre la vía lagrimal y la fosa nasal), bajo anestesia general.

Cataratas congénitas

Las cataratas no son un problema exclusivo de la edad adulta, ya que existen casos aislados en los que la persona nace con opacidad del cristalino. Dependiendo del grado de la lesión y de si se presenta en uno o en ambos ojos las cataratas congénitas se pueden operar o pueden no requerir ningún tipo de tratamiento.

Pueden ser unilaterales o bilaterales. Por lo general, esta enfermedad ocular es hereditaria, aunque existen otros factores que pueden causarlas.

Los factores más comunes que aumentan el riesgo de que un niño nazca con cataratas son:

  • Antecedentes familiares de cataratas congénitas.
  • La madre se contagió con rubeola durante el embarazo.
  • Infecciones intrauterinas durante el periodo de gestación.
  • Enfermedades metabólicas y renales.
  • Síndromes cromosómicos como el síndrome de Down.
  • Mala nutrición materna.
  • Exposición del feto a radiación durante el primer trimestre de embarazo.
  • Enfermedades de transmisión sexual como la sífilis.
  • Consumo de medicamentos corticoides durante el embarazo.
  • Déficit de ácido fólico en la madre.

Algunos síntomas que se pueden observar en el niño:

  • En una fotografía está ausente el brillo del ojo o se aprecian distintos ambos ojos.
  • El niño realiza movimientos oculares muy rápidos.
  • Si las cataratas son bilaterales el niño se observa ausente de su alrededor debido a que no enfoca por ninguno de los dos ojos.
  • Reflejo blanquecino en el ojo.
  • Leve estrabismo.

Cuando la catarata compromete el eje visual la cirugía debe ser realizada antes de que el niño cumpla las 12 semanas de nacido. Si la catarata afecta ambos ojos la intervención debe llevarse a cabo primero en el ojo más afectado y posteriormente en el otro. La presencia de estrabismo o nistagmus son también indicativos de cirugía.

Glaucoma en el niño

Es una afección que lesiona el nervio óptico, cuando un niño tiene glaucoma, su pérdida de visión ocurre más deprisa y suele ser más grave que cuando el glaucoma afecta a una persona adulta. Las lesiones que provoca el glaucoma suelen estar ligadas al aumento de la presión dentro del ojo (presión intraocular). Normalmente, un ojo sano fabrica un líquido transparente que el ojo va perdiendo lentamente. En una persona con glaucoma, el ojo suele fabricar demasiado líquido demasiado deprisa o bien este líquido sale del ojo demasiado despacio. Esto hace que aumente la presión intraocular.

En los bebés, los médicos pueden percibir cambios en la forma o el tamaño del ojo, que pueden dar pistas de que un niño tiene glaucoma. Los bebés con glaucoma pueden tener:

  • ojos grandes
  • ojos turbios, opacos o con opacidades
  • lágrimas a pesar de no estar llorando
  • enrojecimiento de la esclerótica (el blanco del ojo)
  • sensibilidad a la luz
  • mucho parpadeo

Los niños mayores y los adolescentes pueden tener:

  • visión borrosa
  • miopía que va en aumento
  • problemas para ver cosas muy hacia los lados
  • dolor de cabeza

Un niño puede tener glaucoma sin presentar ningún síntoma. Por eso, es importante que un niño se haga revisiones oculares con regularidad mientras vaya creciendo.
El tratamiento puede consistir en hacer cambios en la medicación que toma para tratar otros problemas, gotas oculares u otros medicamentos tomados por vía oral (boca), cirugía (operar los ojos del niño), incluyendo los tratamientos por láser.

La cirugía suele ser el mejor tratamiento para los bebés y los niños pequeños. La meta consiste en corregir el ojo para que pierda más líquido o lo fabrique en menos cantidad. Algunos niños se pueden someter a más de un tratamiento para mantener baja la presión intraocular y prevenir posibles daños.

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