El glaucoma es un grupo de enfermedades oculares crónicas que afectan el nervio óptico, responsable de transmitir las señales visuales desde la retina al cerebro. El daño al nervio óptico generalmente está asociado con un aumento de la presión intraocular (PIO), es decir, la presión dentro del ojo. Sin embargo, en algunos casos, el glaucoma también puede desarrollarse con presiones oculares normales.
La presión intraocular elevada daña gradualmente las fibras nerviosas del nervio óptico, lo que con el tiempo puede llevar a la pérdida de visión, especialmente en el campo periférico. Si no se trata, el glaucoma puede progresar y eventualmente causar ceguera permanente.
El glaucoma es a menudo una enfermedad silenciosa en sus etapas iniciales, ya que no suele causar síntomas evidentes hasta que la pérdida de visión es significativa, en los estadíos tardíos los síntomas más frecuentes son: pérdida de visión lateral o periférica, dolor en el ojo, cefaleas, visión borrosa, visión de halos tipo arco iris, náuseas.
Por esta razón, los exámenes oculares regulares son esenciales para la detección temprana y el tratamiento efectivo del glaucoma.
El diagnóstico y tratamiento tempranos son fundamentales para prevenir el daño irreversible al nervio óptico y la pérdida de visión.
- Campo visual computarizado: mide la respuesta frente a estímulos visuales. Este estudio es importante para definir la presencia de lesión glaucomatosa.
- HRT (Heidelberg Retinal Tomography): Es un estudio morfológico que mide el tamaño relativo del disco óptico, con datos de volumen y superficie.
- OCT ( Tomografía de Coherencia Óptica): es el más importante para detección temprana de un cambio anatómico en el nervio óptico.
- Gonioscopía: Este estudio permite la visualización del ángulo de la cámara anterior (ángulo iridocorneal), para así determinar qué tipo de glaucoma es: ángulo abierto, ángulo cerrado, primario o secundario. La gonioscopía es una parte fundamental de un examen en profundidad del globo ocular, siendo esencial en la exploración de todos los pacientes glaucomatosos.
Generalmente dicha patología se resuelve y estabiliza a través de un tratamiento farmacológico (Colirios Antiglaucomatosos). Algunos casos requieren tratamiento quirúrgico.
- Láser Terapia: con el Láser Argón se realiza Iridotrabeculoplastía o Iridotomia con Yag Láser.
- Trabeculectomía: Se crea un canal que permite el pasaje del humor acuoso desde la cámara anterior del ojo al espacio subconjuntival, para así conseguir una disminución de la presión intraocular.
- Colocación de Válvula de Ahmed: La válvula de Ahmed es un dispositivo artificial que drena el humor acuoso hacia el espacio conjuntival a través de un tubo de silicón que se encuentra unido a un plato de polipropileno con una superficie de 184 mm2. Este plato contiene un mecanismo valvular del tipo venturi-flow, el cual teóricamente se colapsa en el aire a una presión crítica de 8-10 mmHg. El borde del plato posee dos orificios para la inserción de las suturas esclerales de fijación. El tubo abre hacia la superficie superior del plato. Este dispositivo establece una vesícula filtrante ecuatorial.
Existen otros tratamientos quirúrgicos no invasivos, que se evalúan de acuerdo a cada caso.
