Skip to main content

Órbita

¿Qué es la órbita?

Son dos cavidades situadas a ambos lados de la línea media de la cara destinadas a alojar los globos oculares y sus anexos (parpados, vía lagrimal, músculos oculares, grasa, nervios, vasos, etc). Las estructuras óseas que las delimitan se denominan órbitas.

Enucleación y Evisceración

La enucleación es la extirpación del globo ocular con preservación de los contenidos orbitarios: músculos, párpados, glándula lagrimal. La evisceración consiste en la remoción de los contenidos oculares internos, preservando las capas externas del ojo, para colocar en su interior un implante que reemplace el volumen ocular. Generalmente se llega a estos tipos de cirugías, como tumores (melanomas) endo oculares malignos que no responden a las radiaciones terapéuticas, infecciones severas que no responden al tratamiento antibiótico convencional o antimicóticos. Traumatismos severos donde es imposible reconstruir el globo ocular, hasta los ojos que han perdido su visión y producen dolor, los globos oculares sin visión y severamente desfigurados. Para reponer el volumen extraído, se coloca un implante orbitario. Éste habitualmente es una esfera que se introduce en el cono muscular en la enucleación (otra variante, se envuelve con esclera donante del INCUCAI), o en la esclera en los casos de evisceración. De esta manera, el implante adquiere el movimiento que le imprimen los músculos. Una vez terminada la operación, se cierra la conjuntiva por encima de este implante y se coloca una lente de acrílico transparente denominada conformador. Para más adelante usar una prótesis cosmética (antiguamente y vulgarmente llamada ojo de vidrio), que la realizara en forma personalizada el protesista (imitara forma, tamaños, color y brillo del ojo restante).

Exenteración

Es un procedimiento quirúrgico que consiste en extraer el contenido orbitario (parcial o totalmente) según la localización del tumor ocular, conjuntival o palpebral. Es decir tumores malignos que han invadido, infiltrado los componentes de la órbita. Es procedimiento quirúrgico más complicado de asumir por el oftalmólogo por el trauma, tanto físico como psicológico, que supone para el paciente. Aunque no estemos acostumbrados a este tipo de proceso mutilante, tenemos que tener claro que la mayoría de las veces que se propone como opción quirúrgica es porque es la única alternativa para poder salvar la vida del paciente. El motivo más frecuente es por tumores cutáneos, pero también las afectaciones intraoculares, de los anexos oculares o a nivel sinusal (senos aéreos de los huesos de la cara) pueden llegar a afectar las estructuras intraorbitarias y ser necesaria la exenteración. 

Se puede realizar de tres formas diferentes:

  • La exenteración subtotal se realiza a nivel extraperióstico (por fuera de la capa que cubre al hueso) y deja los párpados intactos.
  • La exenteración total se realiza a nivel subperióstico (se saca capa que cubre al hueso) con la necesidad de resecar en ocasiones también los párpados.
  • La exenteración ampliada se realiza incluyendo a la resección las paredes orbitarias y los senos periorbitarios.

Se valorar terapias coadyuvantes a este tratamiento, como quimioterapia y radioterapia. Las prótesis orbitarias son dispositivos artificiales que reemplazan la ausencia de globo ocular y sus anexos, se llama prótesis oculofaciales que se emplean para cubrir la cuenca tienen el principal problema de que el ojo protésico no se mueve y no hay parpadeo, pero es la única medida de reconstrucción.

Tumores de órbitas

Son crecimientos de tejidos anormales, pueden ser de carácter benigno, como sucede en la mayoría de los casos, o maligno y pueden surgir de cualquier contenido orbitario (nervio, grasa, glándula, musculo y vasos sanguíneos). Los síntomas que pueden ocurrir son disminución de visión, extrusión del ojo visión doble, caída del párpado o dolor. Se ha encontrado en la bibliografía que las lesiones más comunes fueron las quísticas (30%), seguidas de masas inflamatorias (13%), lesiones de la fosa lagrimal (13%), tumores secundarios (11%), tumores linfoides (10%) y vasculares (6%).. También la órbita es afectada por tumores de la vecindad, como los senos aéreos de la cara. Juegan un papel importante como asentamiento de metástasis de canceres de otra parte del cuerpo, particularmente pulmón y mama. Por otra parte, un número considerable de tumores orbitarios afecta al grupo pediátrico, los cuales suelen ser benignos. Dependiendo del estudio analizado, entre los 10% y 30% de los tumores orbitarios en la infancia son malignos.

Una vez sospechado por el oftalmólogo, especializado en órbita, le pedirán estudios de imágenes (tomografía de órbitas o resonancia magnética), le ayudará a decidir si es necesario, realizar un biopsia del tumor (como en la mayoría de los casos) o una conducta expectante. La biopsia en estos casos, será con anestesia general, la misma se realizará extrayendo una porción o la totalidad de ella, para ser estudiada por el patólogo. Al ser una cavidad profunda y que aloja componentes importantes y delicados, el acto quirúrgico conlleva un tiempo prologando, como así también una recuperación será lenta (a veces varios meses).

El diagnóstico oportuno aunado a un tratamiento adecuado puede prevenir pérdida visual severa, así como disminuir la morbilidad y mortalidad en estos pacientes.

Fractura orbitaria

Son rupturas de los huesos de la órbita, producidas por una fuerza externa (accidente de tránsito, golpes de puño, etc), son huesos que no tiene articulaciones movibles con otros hueso, por los que no implican inmovilización. Sus síntomas van desde visión doble, hundimiento del ojo, dolor en los movimientos oculares, anestesia o disminución de sensibilidad en la mejilla y los dientes.

El síntoma de visión doble es aquel que alarma, para evaluar a través de una tomografía, si quedó atrapado algún músculo que mueva al ojo, por lo que si así fuera, tiene indicación quirúrgica. Se hará lo más rápido posible en niños, ya que sus huesos son cartilaginoso produciendo un atrapamiento importante sobre el musculo, por cerrarse (esto puede resultar en bradicardia pronunciada, vómitos, desmayos, etc). Y en adultos conviene esperar de 7 a 15 días para evaluar si la visión doble es significativa y así evaluar el tratamiento quirúrgico. Fracturas grandes también tendrán indicación de cirugía, si producen que el ojo se hunda hacia atrás.

La cirugía se basa en elevar con extremo cuidado los contenidos de la órbita que se han desplazado, y colocar una placa para reemplazar el hueso roto. En algunas ocasiones, ello implica también el implante de tornillos y microplacas de titanio que resultan invisibles.

Problemas orbitarios por enfermedades de las tiroides

Generalmente son enfermedades autoinmunes que afectan a la tiroides y se relacionan con la afectación de la órbita. Haciendo que los parpados se retraigan (contraigan los parpados superiores hacia arriba y los párpados inferiores hacia abajo), que engorden los músculos que mueven el ojo (haciendo ver doble) y que engorden la grasa, empujando los ojos hacia adelante (exoftalmia: ojos muy saltones). Hay casos de enfermedad activa, inflamación aguda (severos), donde la, poniendo en peligro la pérdida de visión, los músculos aprietan al nervio óptico o la grasas sigue engordando que protruye mucho el ojo, con la consecuencia de que el nervio sufre por gran estiramiento, también pueden perder la visión por presentar ulceras incurable por la gran exposición del ojo y falta de cierre de los párpados. Estos últimos tienen indicación de tratamiento con corticoides (en altas dosis) urgentes y cirugía. Dentro de los factores de riesgo de esta etapa: están la disfunción tiroidea (hipertiroidismo y tiroiditis de Hashimoto), el tabaquismo y el tratamiento con iodo radioactivo. Respecto al tabaco cabe señalar que es el principal factor de riego de desarrollar la etapa aguda, puede empeorar la enfermedad preexistente y el riesgo aumenta con el número de cigarrillos y disminuye al dejar de fumar.

También hay casos de enfermedad inactiva. No presenta actividad inflamatoria, la ha tenido anteriormente o proviene de una fase activa más inflamatoria. En ella, los cambios producidos en los ojos suelen mejorar en forma parcial o total. Los tratamientos quirúrgicos están destinados a corregir las alteraciones que persisten una vez desaparecida la inflamación.

La cirugía se llama descompresión orbitaria, es la primera cirugía que se realiza en estos pacientes, produce un aumento del volumen orbitario (haciendo ventanas en las paredes óseas y sacando grasa en exceso) y, de esa manera, los ojos retroceden en su posición. El tratamiento de la visión doble se realiza mediante cirugía sobre los músculos que movilizan los ojos. La rehabilitación consiste en la cirugía sobre los párpados, destinada a corregir su posición. Todos estos tratamientos pueden llevar varios meses hasta su culminación.

Contáctenos

Informes y turnos

de 9.00 a 20.00 hs.
4743 8819
4742 8272

Chacabuco 279, San Isidro, Buenos Aires